16 de octubre de 2015

Comachibosa, Coloso Vignemale


El Vignemale no es la montaña más alta de los Pirineos, honor que ostenta su hermano mayor el Aneto, y ya sólo por eso no veremos surcando sus espaldas una inacabable ristra de frontales al amanecer, ni apenas oiremos el eco de voces rebotando en sus paredes. Para bien o para mal, estaremos a solas con el Vignemale.

Sin embargo, aún no siendo la cumbre más alta, atravesar el mayor y el más alpino de todos los glaciares de los Pirineos, escalar los aéreos últimos cien metros y asomarse al casi un kilómetro de altura de su formidable cara norte, sin duda convierten al Vignemale en una de las mejores ascensiones que podemos hacer en todos los Pirineos.

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Cara Norte del Vignemale desde el refugio de Oulette de Gaube

Si no hay tráfico desde Madrid en coche se tarda unas ocho horas en llegar al valle de Gavarnie, último pueblo antes de la ascensión, así que mejor nos armamos de paciencia y vamos tranquilos. Cuando llegamos aún es de día y podemos disfrutar de las increíbles vistas que tenemos desde el camping, pero en cuanto cae la noche nos metemos en las tiendas de campaña que al día siguiente hay que madrugar para intentar coronar al gran coloso.

En la fría quietud de los amaneceres de montaña y con los nervios de los días importantes nos levantamos, desayunamos, preparamos todo para la jornada y recorremos con el coche una pista de montaña que parece no terminar nunca. Desde el parking ya se intuyen el glaciar y la cima. ¡Dios, todo lo que hay que subir!

Con el peso de las mochilas a la espalda paso a paso vamos remontando, acompañados al principio de un rebaño de ovejas, uno de los valles de montaña más bonitos que hayamos podido ver jamás. Poco después de pasar las famosas cuevas, donde se puede hacer una noche intermedia, nos encontramos con el glaciar. Mientras nos ponemos los crampones y comemos algo vamos trazando con la vista el recorrido que tenemos que hacer para evitar la grietas.
Aunque ya empezamos a estar cansados el glaciar resulta ser técnicamente más fácil de lo que parecía y tras unos cuantos resoplones llegamos a la base de la pared que nos queda por escalar para llegar a la cumbre. Nos encordamos porque la roca está un poco suelta y, con la tranquilidad que da la cuerda, conseguimos alcanzar la cumbre desde la que tenemos una visión infinita de los Pirineos.



Glaciar de Ossoue al Vignemale.
Glaciar de Ossoue al Vignemale.
Glaciar de Ossoue al Vignemale.
Trepada final antes de la cumbre del Vignemale.
Trepada final antes de la cumbre del Vignemale.
Cumbre del Vignemale.
El día siguiente, después de la subida y bajada del Vignemale, nos hemos ganado un día de descanso, así que nos lo tomamos con más calma y hacemos una vía ferrata, visitamos el circo de Gavarnie  y nos bañamos en el (gélido) río.


Circo de Gavarnie
Vía Ferrata
Nuestro último día del viaje lo dedicamos a hacer una preciosa excursión, mucho más concurrida, hasta el refugio de Oulette de Gaube al pie de la cara norte del coloso Vignemale donde podemos apreciar la formidable pared de casi un kilómetro vertical que desde las alturas nos vigila.


En el refugio de Oulette de Gaube.


Al día siguiente volvemos en coche hacia la rutina del día a día con la sonrisa en los labios de haber podido coronar a un gran coloso.


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5 de octubre de 2015

Volvemos a Perú

De nuevo volvemos a Perú. Y por ese vicio montañero que tenemos, nuestro principal objetivo no es Machupichu o las líneas de Nazca, principales atracciones turísticas de este increíble país, sino la Cordillera Blanca. 
Los grandes nevados de más de 6.000 metros y las amables gentes del callejón de Huaylas.


"Huandoys"

Desde Madrid cogeremos un vuelo a Lima, la capital de Perú, donde podremos pasar algún día paseando por su casco histórico, probando el delicioso Cebiche o incluso surfeando en la costa verde.

Para dirigirnos a la cordillera blanca lo mejor es coger uno de los autobuses nocturnos a Huaraz, el viaje dura unas 8/9 horas, pero los autobuses disponen de asientos camas muy cómodos.

A la mañana siguiente estaremos ya en Huaraz, el Chamonix andino. En esta localidad podremos comprar o alquilar el material que no hayamos traído con nosotros, desde gas para cocinar hasta unas botas o por supuesto piolet y crampones.

Ahora toca refrescarse con una cerveza, sacar los mapas y las guías y decidir nuestra aventura.



La oferta es abrumadora, trekking remotos, descenso de barrancos, andinismo y ascensiones de todas las dificultades y compromisos, escalada deportiva y de autoprotección, Boulder, paseos a caballo. ¡Lo que queramos! 

Nosotros teníamos los objetivos más o menos decididos, pero como siempre será la meteo y las condiciones de la montaña los que nos confirmen qué vamos o qué no vamos a hacer.

Un treking para comenzar es lo más recomendable, sobre todo por la aclimatación a la altura. Huaraz está ya a 3.100m sobre el nivel del mar, por lo que cualquier actividad que nos lleve al monte nos situará ya en una altura en la que pueden aparecer síntomas de mal agudo de montaña. Una buena y metódica aclimatación será clave para poder acometer retos más serios.

Algunos de los trekings de un día más recomendables, son la subida a la laguna Churup o la alucinante laguna 69 a los pies del nevado Chacraraju. Tras una buena aclimatación podremos intentar alguna de las muchas ascensiones de la zona. Cimas como el Artesonraju, Huascarán, Chopicalqui, Vallunaraju, Ishinca, nevado Pisco. Ascensiones de diferentes dificultades pero todas ellas bellas. Las vistas de los andes peruanos, y sus imposibles formaciones de nieve únicas en esta cordillera, nos aseguran imágenes inolvidables. 




Precisamente estas dos últimas fueron las que hicimos nosotros. El Nevado Pisco (5.752m) y el Nevado Ishinca (5.530m) ambos con una ruta normal muy asequible. Tendremos que prestar atención al cruzar los enormes glaciares, debidamente encordados. También nuestra orientación deberá ser precisa para no perdernos, ya que la mayor parte de la ascensión la tendremos que realizar de noche para asegurarnos el buen estado de la nieve.


"Ishinca"

Una cordillera en la que podemos encontrar retos de todos los niveles y siempre con la seguridad y formación por delante disfrutar de una de las cordilleras más espectaculares del mundo. Y como una imagen dice más que cien palabras aquí os dejamos una pequeña galería con algunas fotos que tomamos.



"Huantsán desde Ishinca"

"Vallunaraju"

"Tocllaraju"


"Chopicalqui"


"Huandoy"

"Norte del Ranrapalca"

"Pradera Cebollapampa"

"Ocsapalca"

"Campo Base Chacraraju"


"Rumbo al Pisco"

"Chopicalqui"

"Cima Ishinca"